En la operación diaria de una empresa distribuidora, cada minuto cuenta. No solo para entregar a tiempo, sino también para cobrar a tiempo. Y aunque muchas compañías culpan a factores externos —clientes, bancos, burocracia— la realidad es que, en la mayoría de los casos, el mayor freno al cobro de facturas no está afuera, sino adentro: en los tiempos muertos entre áreas, la falta de visibilidad y los procesos manuales que se repiten una y otra vez.
Para un gerente de operaciones, esto representa un reto silencioso: no basta con que el producto llegue, es necesario que la evidencia fluya, que el área financiera confirme y que la factura pueda cobrarse sin fricciones. La coordinación interna no es un “extra”, es un acelerador directo de liquidez.
El verdadero problema: no es la entrega, es la validación
En miles de empresas ocurre lo mismo: se entrega, pero no se confirma. El papel se firma, pero no llega al sistema. El área de logística cierra su día, pero finanzas sigue esperando evidencia. Y mientras tanto, el reloj corre… afectando el flujo de efectivo.
Cuando no existe visibilidad unificada entre áreas, se genera una cadena de fricción:
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El operador termina la ruta, pero no envía la prueba de entrega.
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El área de logística no puede validar la entrega o debe perseguir al operador.
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Finanzas no recibe evidencia, no puede confirmar y retrasa la facturación o el cobro.
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El cliente recibe el documento tarde y retrasa el pago.
 
El resultado: pérdida de días valiosos en el ciclo de cobro de facturas, aumento del capital congelado y presión innecesaria sobre tesorería.
¿Qué está fallando? Tres cuellos de botella comunes
✅ Procesos manuales o fragmentados
Cuando la evidencia sigue dependiendo de papel, fotos en WhatsApp, correos o carpetas compartidas, se vuelve imposible controlar el flujo con precisión.
✅ Falta de indicadores en tiempo real
Si el gerente de operaciones no puede ver qué entregas están confirmadas y cuáles no, tendrá que operar reactivamente y no estratégicamente.
✅ Diferentes áreas trabajando en silos
La entrega es logística. La validación es finanzas. El seguimiento es cobranza. Pero la factura no se cobra hasta que todos están alineados.
Mientras la empresa siga operando así, siempre existirá un desfase entre la entrega física y la evidencia digital… y ese desfase cuesta dinero.
5 acciones prácticas para mejorar la coordinación interna y acelerar el cobro de facturas
1. Digitalizar la evidencia desde el punto de entrega
Cada minuto que pasa entre la entrega y el registro de evidencia alarga el ciclo de cobro.
Una foto, firma digital o comprobante debe generarse en el instante de la entrega, no al final de la ruta, no al siguiente día.
Si no se captura en el momento, se convierte en tarea pendiente.
Y las tareas pendientes se convierten en retrasos de cobro.
2. Conectar logística y finanzas en un solo flujo
La validación no debería depender de correos, llamadas o mensajes dispersos.
Un sistema centralizado permite que finanzas vea en tiempo real lo que logística ya entregó, sin pedirlo.
Esto convierte la operación en cadena, no en rompecabezas.
3. Establecer un SLA interno de confirmación
Muchas empresas tienen tiempos de entrega para el cliente, pero no tienen tiempos de validación interna.
Ejemplo:
| Actividad | Responsable | Máx. tiempo permitido | 
|---|---|---|
| Cargar evidencia | Operador | Inmediato tras entrega | 
| Validar evidencia | Logística | < 6 horas | 
| Liberar para facturación | Finanzas | < 24 horas | 
Lo que no se mide, no se acelera.
4. Reemplazar el seguimiento manual con alertas automáticas
Un gerente de operaciones no debería estar persiguiendo operadores, ni finanzas debería perseguir logística.
Sistema ideal:
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Si una entrega no tiene evidencia → alerta automática
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Si finanzas no ha validado en X tiempo → alerta
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Si el cliente no ha confirmado → escalamiento
 
Automatizar recordatorios reduce fricción y dependencia humana.
5. Hacer visible el impacto financiero al equipo operativo
Cuando el operador sabe que su retraso en subir una foto equivale a días menos de flujo de caja, su motivación cambia.
El equipo debe entender no solo “qué hacer”, sino “por qué importa”.
Las empresas que conectan operación con impacto financiero reducen el ciclo de cobro hasta un 40%.
El rol del gerente de operaciones: de coordinador a acelerador de liquidez
Hoy, el área de operaciones ya no es solo responsable de mover productos.
También es clave en la salud financiera de la empresa.
Si operación se vuelve ágil y transparente, finanzas factura antes.
Si finanzas factura antes, tesorería cobra antes.
Si la empresa cobra antes, hay más liquidez para crecer, negociar o invertir.
El cobro de facturas ya no depende solo de quien llama al cliente para pedir pago.
Empieza desde que el repartidor toca la puerta.
¿Qué logran las empresas que lo hacen bien?
✅ Pasan de 30-45 días de ciclo de cobro a 7-12 días reales
✅ Eliminan tiempos muertos entre áreas
✅ Reducen disputas por falta de evidencia
✅ Mejoran la experiencia del cliente final (no lo persiguen por documentos)
✅ Trabajan con data en lugar de suposiciones
✅ Convierten la entrega en motor financiero, no solo logístico
Conclusión
El reto de acelerar el cobro no se resuelve solo presionando al cliente, ni agregando más personal de cobranza.
Se resuelve ordenando lo interno: entregas claras, evidencia inmediata, visibilidad compartida, tareas automatizadas y un flujo sin fricción entre áreas.
Cuando la empresa deja de trabajar en silos, el dinero deja de quedarse atorado.
Porque al final, no se trata solo de entregar más rápido.
Se trata de cobrar más rápido.
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