En la operación diaria de la última milla, una de las frustraciones más comunes para gerentes de logística y operaciones es darse cuenta de que los choferes no siempre siguen la ruta más eficiente. El resultado: más kilómetros recorridos, entregas tardías, mayor gasto en gasolina y, en algunos casos, clientes molestos que pierden confianza en la empresa.
Lo curioso es que muchas veces no se trata de falta de compromiso por parte de los choferes. Hay múltiples factores que influyen en que la ruta planeada no se ejecute como fue diseñada. Identificar esas causas es el primer paso para resolver el problema sin necesidad de invertir fortunas en tecnología compleja o reestructuras operativas.
A continuación, exploraremos por qué ocurre esto y qué soluciones prácticas puedes implementar para asegurarte de que tus choferes realmente sigan la ruta más eficiente en cada entrega.
.
1. La percepción del chofer frente a la planeación digital
Muchos choferes confían más en su experiencia que en una aplicación o sistema de ruteo. Han recorrido la ciudad durante años y creen que saben cuál es “el camino más rápido”. Sin embargo, lo que en algún momento funcionó, hoy puede no ser la mejor alternativa debido a factores cambiantes como:
-
Tráfico en tiempo real
-
Cierres de calles por obras
-
Nuevas restricciones de tránsito (zonas escolares, horarios de carga/descarga)
Cuando el chofer prioriza su intuición sobre la planeación digital, la ruta deja de ser la más eficiente y comienzan las desviaciones.
Solución práctica: Incluye a tus choferes en el proceso de capacitación y selección de herramientas. Si comprenden cómo se construye la ruta y qué variables toma en cuenta el sistema, estarán más dispuestos a confiar en él.
2. Falta de información clara sobre prioridades
Otro motivo frecuente es que el chofer no tenga claro qué entregas son más urgentes o qué clientes requieren atención prioritaria. Si la comunicación no es clara, puede decidir reordenar paradas por criterio propio, lo que rompe la lógica de la planeación inicial.
Ejemplo real:
Si el sistema organizó la ruta en función de ventanas de entrega y tiempos de cobro, pero el chofer empieza por el punto “más cercano a su casa”, ya no se sigue la ruta más eficiente y la operación pierde efectividad.
Solución práctica: Define reglas claras y visibles en cada orden de entrega. Prioriza qué clientes deben atenderse primero y asegúrate de que esa información llegue directamente al dispositivo del chofer.
3. Limitaciones tecnológicas en los dispositivos
Un problema poco discutido es que, aunque tengas un buen sistema de ruteo, si los choferes lo consultan desde celulares lentos, con poca batería o sin datos, terminarán improvisando. Esto genera retrasos y pérdidas de control sobre la ruta más eficiente.
Solución práctica:
No siempre se trata de comprar dispositivos nuevos. A veces basta con:
-
Optimizar el consumo de datos de la app.
-
Asegurar que la aplicación funcione offline y sincronice al reconectar.
-
Dar a los choferes cargadores portátiles para evitar que se queden sin batería.
4. Falta de monitoreo y retroalimentación
Si un chofer sabe que no habrá seguimiento sobre si cumplió o no la ruta, es más probable que improvise. No es por mala intención, sino porque sin retroalimentación, la disciplina operativa se relaja.
Solución práctica: Implementa un sistema de tracking en tiempo real que permita identificar cuándo hay desvíos. Pero lo más importante: utiliza esos datos para conversar con los choferes, no para sancionarlos de inmediato, sino para entender qué pasó y cómo mejorar juntos.
5. Factores humanos que influyen en la ruta
No hay que olvidar que los choferes también son personas con hábitos, necesidades y motivaciones. A veces, toman decisiones personales durante la ruta que afectan la eficiencia, como parar en lugares no planeados o alargar un recorrido por conveniencia.
Solución práctica: Crea una cultura de confianza y transparencia. Establece métricas claras de desempeño y reconoce a los choferes que cumplen con la ruta más eficiente. El reconocimiento positivo genera más compromiso que la sanción.
6. El costo oculto de las rutas poco optimizadas
Cada vez que un chofer no sigue la ruta más eficiente, se generan costos ocultos que muchas empresas no calculan con detalle:
-
Más gasolina: kilómetros adicionales que pudieron evitarse.
-
Tiempo perdido: menos entregas por día o retrasos acumulados.
-
Cobros tardíos: si la entrega se retrasa, también se retrasa el flujo de efectivo.
-
Daño a la experiencia del cliente: incumplir ventanas de entrega afecta la percepción del servicio.
Estos costos, cuando se acumulan, pueden representar hasta un 20% adicional en la operación de última milla.
7. Cómo resolverlo sin gastar más
La buena noticia es que no necesitas una gran inversión para lograr que tus choferes sigan la ruta más eficiente. Lo clave es combinar tecnología accesible, comunicación clara y gestión humana efectiva:
-
Capacita a tus choferes en el uso de la herramienta y explícales los beneficios de seguir la ruta.
-
Asegura que la app funcione offline y con bajo consumo de datos.
-
Monitorea en tiempo real pero utiliza los datos para mejorar, no solo para sancionar.
-
Reconoce públicamente a quienes cumplen con la planeación.
-
Refuerza la comunicación de prioridades para que todos entiendan qué clientes no pueden esperar.
Conclusión
Que tus choferes no sigan la ruta más eficiente no siempre es un problema de falta de disciplina; muchas veces es resultado de factores humanos, tecnológicos y de comunicación. Entender estas causas es clave para resolver la situación sin necesidad de aumentar costos.
Con pequeños ajustes, puedes lograr que cada entrega sea más predecible, eficiente y rentable. Y lo más importante: tu cliente final lo notará, porque recibirá sus pedidos a tiempo y con la confianza de que tu empresa es sinónimo de eficiencia.
Conoce INMEDIATUM LastMile® software de monitoreo en tiempo real de rutas y entregas de ultima milla.
